La obesidad es una enfermedad crónica originada por muchas variables (influyen factores genéticos, el sedentarismo, comer excesivamente y disfunciones metabólicas).
La característica fundamental es la acumulación excesiva de grasa, con un aumento de peso por encima de unos límites adecuados. Esto puede constituir un serio peligro para la salud y es uno de los problemas más comunes que existen en la sociedad.
En
muchas ocasiones, las emociones estimulan la obesidad y se produce un
círculo vicioso difícil de romper. La persona obesa puede tener una
tendencia a comer cuando está ansiosa, aburrida o
triste. A raíz de haber ingerido demasiado, se produce un gran
sentimiento de culpa y pueden comer más para enfrentarse a esas
emociones negativas.
Aunque en la obesidad influyen muchos factores y
la etiología no está muy clara, pueden existir una serie de
comportamientos inadecuados en relación a la alimentación:
- Comer independientemente del hambre o
la saciedad hábitos alimentarios inadecuados (comer entre horas,
comidas ricas en grasas, dieta abundante en comida rápida etc.)
- Muchas veces, en la persona obesa, la ingestión de los alimentos no
está regulada por señales internas corporales (tener hambre), sino por señales externas (ej. Por como están presentados los alimentos, porque observan a otras personas comiendo etc.)
- La persona ingiere más alimento del que necesita,
aun siendo muy consciente de que este comportamiento, traerá asociado
unos kilos que van a perjudicar su salud y su estética ausencia de
ejercicio físico.
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